Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Iroso Ose Ese Ifa 3



LA CONSPIRACION CONTRA OLODUMARE

En cierta época 1700 divinidades tramaron una conspiración en contra de Olódùmarè. Las divinidades envidiaban el estatus del magnánimo y discutían acerca del control de este por encima de todo y su autoridad absoluta, por ende cuestionaban su derecho a tener ese dominio. Cierto día se dirigieron al palacio de Olódùmarè y le expusieron que debía retirarse de su alto puesto al menos por un periodo de 16 años, mientras tanto ellos tomarían el control absoluto de los asuntos en la tierra. Olódùmarè conocía el desatino de las divinidades sin embargo con el buen carácter que lo caracteriza les dijo que estaba de acuerdo con su proposición, sólo que en primera instancia les dejaría intentar con un experimento fácil y en referencia a esta proposición les pregunto ¿Qué tal si ustedes se hacen cargo de la tierra como me lo han propuesto por un periodo de prueba de 16 días? En caso que todo resulte satisfactorio ustedes gobernaran por encima de todo y todos.
En respuesta a esta interrogante las divinidades inmediatamente accedieron, pues estaban plenamente seguros de sus habilidades. Al finalizar la reunión, tan pronto se marcharon las divinidades del palacio sagrado y en consecuencia de su destitución Olódùmarè apagó la maquinaria del universo, por ende absolutamente todo automáticamente se disipó, posteriormente se puso a meditar cual era la mejor forma de hacerse cargo de sus nuevas responsabilidades. No habían transcurrido ni 8 días y las divinidades ya se encontraban en problemas y en completa confusión, intentaron todo cuanto pudieron para mantener el universo funcionando, sin embargo no lograron absolutamente nada. Olódùmarè no proveía lluvia y consecuentemente los ríos cesaron de fluir, los arroyos se bloquearon con hojas secas, los ñames brotaban pero no maduraban, el maíz no maduraba, la gente tenía que chupar el jugo de los árboles para aplacar la sed, etc. Ọ̀rúnmìlà al percatarse de esto intento conseguir el consejo de Ifá, pero infortunadamente los instrumentos de adivinación no funcionaron, los festines que las divinidades tenían diariamente cesaron, toda la tierra iba en decadencia y categóricamente al camino de la muerte. Las divinidades no sabían qué hacer y no tenían más remedio que ir nuevamente con Olódùmarè. Avergonzados y con las cabezas inclinadas, retornaron al palacio del supremo y le confesaron su desatino, reconocieron su soberanía y supremacía sobre todo e imploraron su misericordia. Al escuchar las suplicas de las divinidades Olódùmarè encendió nuevamente la maquinaria del universo y prestamente todo se torno normal. Al retirarse las divinidades del palacio del gran soberano cantaron:

Njé à bá f’ eégún ’lé şe’ gbèje,
K’ á f’ Òrìşà segbèfà,
Òrìşà bí Olódùmarè kò sí mó,
Olódùmarè mà l’ Ọba pàtàkì
Njé ̣ a wí nsè
Èdùmàrè l’ ó járe o,
Èdùmàrè
Habiendo 1700 divinidades en la casa
Habiendo 1700 divinidades del mercado
Aún no hay una sola divinidad que se compare con Olódùmarè
Olódùmarè es el único rey
En nuestra última disputa
Èdùmàrè es el que ganó
Èdùmàrè

Los Yorùbá aseguran que las 1700 divinidades admitiendo la supremacía de Olódùmarè sobre ellos le rinden tributos anuales, este hecho es ciertamente una prueba suficiente de la supremacía del gran monarca.

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