Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Olodumare



¿Quién es Dios para los Yorùbá? ¿Cuál es su posición en nuestro razonamiento? Incuestionablemente no esta ni en la materia ni en la energía, sino externamente de ellas. Dios no es un ser mortal, no tiene que estar vivo y no necesita ni de la materia ni de la energía para ser. La materia y la energía son sus creaciones, de las que prescinde aunque las gobierne, porque Él, no tiene necesidad de vivir, sino de ser, Dios tan sólo es, sin ser mineral, vegetal, ni animal, una forma diferente que no conocemos, Dios es la única existencia verdaderamente autónoma, el origen de todo, el principal movedor de todo lo tangible y lo intangible, y no se rige ni se limita por nuestros conceptos humanos de la vida y de la muerte, por lo tanto, Dios no puede ser parte de este sistema, únicamente es su creador, localizado más allá de todo, quizás en el centro del no ser de todo, por fuera del tiempo, del espacio, de la materia y de la energía, Dios, origen de todo sin ser nada conocido, y por supuesto, distinto de todo aquello que hayamos creído inventar nosotros a nuestra imagen, semejanza y conveniencia, por todo esto para los Yorùbá un nombre está por encima de todos los demás, y éste es: 

Olódùmarè (Dios)

Para iniciar el concepto de los Yorùbá acerca de Dios considero pertinente examinar las teorías del texto titulado Olódùmarè God in Yorùbá Belief cuyo autor es el respetable profesor E. Bolaji Ìdòwú. Como primer punto a analizar debemos profundizar en el significado del nombre de Dios y para esto partiendo de las enseñanzas del texto anteriormente citado nuestras preguntas guías deben ser:
¿A qué se refieren los Yorùbá cuando mencionan el nombre “Olódùmarè”?
¿Cuál es la idea que ellos tienen de éste nombre?
El termino Olódùmarè es un nombre inmensamente ancestral, por ende no goza ciertamente de una definición totalmente aceptada, sin embargo el profesor E. Bolaji Ìdòwú nos lego una extraordinaria explicación.
El nombre esta compuesto por dos palabras con un prefijo, el prefijo al que se hace referencia es “Ol” el cual resulta de la elisión de la vocal “i” de Oní, que significa:
  • “Dueño de”
  • “Señor de”
  • “El que hace trato con”
Oní en una de sus formas modificadas es un prefijo que ocurre frecuentemente en tierras Yorùbá para denotar que se es poseedor de algo, o alguien que formaliza negocios en una profesión u ocupación. Por ejemplo, tenemos las palabras:
Olóko (Ol-óko) “El dueño de la granja
Oní-bodè “El que custodia la puerta del pueblo
On-igbá-nso “Aquel que arregla calabazas rotas
Este prefijo tiene otras características que pueden ser mencionadas, sin embargo e infortunadamente para muchos lectores interesados en el idioma aquí expuesto este no es un texto de gramática.
De los dos componentes principales del nombre Olódùmarè la clave es el término Odù, esta expresión al igual que un gran número de palabras Yorùbá sus significado depende plenamente de la posición en que se sitúen los acentos en las vocales, sin embargo no existe ciertamente una forma concreta de saber por los acentos cuál de los componentes en el nombre completo de Dios es el correcto. Esta consideración radica en que existe una sola forma tradicional de pronunciar el nombre Olódùmarè y los acentos en las vocales no afectan ninguno de los significados de las dos palabras odù u òdù.
Odù puede hacer referencia a:
  • “El encabezado de las 16 principales enseñanzas del cuerpo literario de Ifá
  • “Cabeza de jefe o meramente jefe” como en el título Odùgbède que significa “el jefe de los herreros”
  • “Cetro o autoridad” 
Sin embargo si escribimos la palabra Òdù con los dos acentos en tono bajo el significado puede ser:
  • “Superior en grandiosidad, tamaño, calidad y valor” 
  • “Muy largo y no con tanta profundidad (contenedor)”
  • “La célula completa en la tabla de ayò” de la analogía de una persona Òdù rè Kún, que significa “su Odù está lleno”, esta expresión es usualmente interpretada como “el tiene bendición en abundancia o la fortuna le sonríe”
  • “Muy largo, muy extenso o muy lleno”, como en las expresiones:
Òdù òyà “Un gran cortador de pasto
Òdù ayò “La célula completa en la tabla de ayó”
Òdù aso “Una tela de cualidad superior, con un valor monetario mayor a cualquiera
Por todo lo anterior el término Odu en unión del prefijo Ol da como resultado la expresión Olódù, por ello el nombre puede señalar ya sea:
  • El que es supremo
  • El que posee el cetro o autoridad
  • El que contiene todos los atributos excelentes
  • El que es superior y perfecto en grandeza, tamaño, calidad y valor
Hasta este momento hemos analizado el prefijo y una de las palabras del nombre Olódùmarè, sin embargo creo que hemos llegado al punto delicado de nuestra tarea pues el termino “marè” nos confronta con cierta dificultad etimológica y lo único que se puede hacer al respecto es ofrecer una hipótesis. Se dice que la palabra es una contracción de la frase-nombre “Olòdu-om-erè”:
Olódù “El niño de la boa”
Esta sugerencia está basada puesto que los Yorùbá juzgan que el arco iris es emanado por una larga boa. Una leyenda nos narra que una boa gigante descargó su material sulfuroso en todo lo que rodea a las cosas brillantes o resplandecientes que causan un reflejo (el arco iris en el cielo – Òşùmàrè), el material que fue descargado es conocido como:
Imì Òşùmàrè “Arco iris de excremento”
Irrefutablemente es deducido por los Yorùbá que la bienaventurada persona que localice las heces fecales de la boa será tremendamente opulenta y próspera, sin embargo, absolutamente nadie a ciencia cierta lo ha obtenido a pesar de ser exageradamente buscado, la transmisión oral nos enseña que la razón de la no localización de este misterio se debe a que cualquier ser humano que se aproxime al lugar en que se localiza la defecación de la boa será devorado por esta, otra sugerencia nos expone que el reptil tiene la costumbre de tragarse su propio excremento.
En este momento es muy probable que se pregunten ¿Qué tiene que ver todo este argumento de la boa con Olódùmarè? Al respecto permítanme explicarles que es tremendamente significativo por tanto que el nombre del personaje principal de esta leyenda fue originalmente Olódù quien fue un prodigio desde su nacimiento y el hijo de la más magnánima y trascendental boa.  
Cuenta la leyenda que desde el principio Olódù ganó la reputación de ser bondadoso y trabajador. Por alguna razón la tierra no lo pudo mantener en ella y por ello se fue a vivir al cielo, sin embargo antes de que se encaminara en su viaje, ambos, tanto Olódù como su progenitor pactaron que en ocasiones se comunicarían, la leyenda nos narra que ya estando en el cielo Olódù incrementó todas sus cualidades misericordiosas y divinas. Basándonos en la anterior historia es preciso mencionar que el arco iris que aparece en el cielo es la señal del acuerdo entre Olódù y la boa, señalando que el convenio perdurará para siempre, realmente es fácil deducir que éste hecho de significado eterno es la comunión intensamente estrecha que coexiste entre el cielo y la tierra, por tanto el nombre puede ser tomado como Ol-ódù-marè el cual escrito completo es, Ol-ódù-mo-arè cuyo significado es “el que combina odù con arè”, cabe mencionar que olódù es el símbolo que se adjuntó a la corona portada por cada Ọọ̀ni (rey) de la ciudad sagrada de Ilé-Ifẹ̀ para enfatizar el liderazgo espiritual sobre todo el pueblo Yorùbá. Ningún otro rey de los dominios Yorùbá puede utilizar el mismo tipo de corona pues este es el símbolo del liderazgo supremo, por tanto el título Olódùmarè describe a Dios como el que posee además del cetro, la corona única que nadie más puede usar. Olódùmarè es único e indiscutiblemente la cabeza y señor de todo en la tierra y en el cielo y esta más allá de las comparaciones en su totalidad de atributos.
He llegado a la conclusión que lo que los Yorùbá tienen en mente cuando dicen el nombre Olódùmarè, es que dirigen sus plegarias a Dios o se aproximan a Él en alabanzas. El nombre Olódùmarè tiene la idea del supremo, el que es superlativamente grandioso, el incomparable, el más importante en majestuosidad, excelente en atributos, estable, inmutable, constante y confiable con el que los hombres pueden comunicarse a cualquier hora, en todo lugar.
En este momento es oportuno mencionar que además del nombre Olódùmarè se hallan otros alias con los que los Yorùbá se dirigen a Dios y los dos más importantes suelen ser:
1.    ̣fin-Ọ̀run
2.    ̣run

El apelativo Ọlọ́fin–Ọ̀run aparece frecuentemente en plegarias ceremoniales y en el cuerpo literario de Ifá ya sea como un título o como una alternativa del nombre Olódùmarè, su traducción literal significa “el líder supremo que está en el cielo” y en ocasiones es usado en contraste del nombre Ọlọ́fin–Ayé cuyo significado es “el líder supremo sobre la tierra”, es significativo mencionar que el termino Ọlọ́fin–Ayé fue heredado al magnánimo Ọọ̀ni Ilé-Ifẹ̀ por gozar (en el concepto de los Yorùbá) del liderazgo supremo sobre la faz de la tierra.  
Ohun ti Ọ̣fin Ayé bá wi ni Ọ̣fin-Ọ̀run ngbà
Cualquier cosa que sea dicha por el soberano líder de la tierra, el soberano líder del cielo lo aceptará  
De acuerdo con la liturgia Yorùbá y con la transmisión oral de las leyendas este alias parece ser tan viejo como el nombre Olódùmarè.
Analizando el nombre Ọlọ́run puedo afirmar que es el más utilizado en el lenguaje popular, parece haber ganado su importancia debido a la influencia de los cristianos y musulmanes quienes probablemente popularizaron este nombre en el pensamiento Yorùbá.
El termino Ọlọ́run se explica por sí mismo ya que está compuesto del prefijo “Ol (oní)–Dueño” y “Ọ̀run–Cielo” por lo tanto el nombre significa “el dueño del cielo”. También puede ser la forma corta de Olú-Ọ̀run que significa “el jefe o el líder del cielo”, o una contracción de Ọlọ́fin Ọlọ́run que posiblemente se haya desecho del posfijo “fin” en el nombre Ọlọ́fin y se transfiguro en una contracción de las dos palabras dando como resultado el termino Ọlọ́run.  
En la siguiente expresión comúnmente utilizada por los Yorùbá, Dios es citado tres veces por diferentes nombres para expresar emoción intensa y para denotar que Dios observa en todo momento y lugar lo positivo o negativo que realicemos los seres humanos:
Lójú Olódùmarè! Lójú Ọ̣fin! Lójú Ọ̣run!
¡Ante la mirada de Olódùmarè! ¡Ante la mirada de Ọ̣fin!
¡Ante la mirada de Ọ̣run!
Hasta este momento supongo que hemos percibido que no podemos depender de la etimología del nombre ya que no nos aporta de forma detallada los atributos de Olódùmarè, por esta razón debemos recurrir a otras fuentes que nos brindan mucha más información, estas disertaciones nos llevaran a un contacto con los Yorùbá en la tarea del vivir diario y en la forma en la que piensan, alaban y expresan sus creencias.

¿QUIÉN REALMENTE ES OLÓDÙMARÈ?

       La concepción Yorùbá de la naturaleza de Olódùmarè es evidentemente antropomórfica. Es bien sabido por todos qué difícil se torna en las religiones que poseen su propia estructura conseguir que Dios sea comprendido en términos abstractos para la mente de las personas que lo veneran y le oran. Los Yorùbá tienen la imagen de Olódùmarè en un personaje majestuoso, viejo (sin posibilidad alguna de tornarse en más anciano), con varios atributos que lo hacen ser grandioso y tremendamente reverenciado. Olódùmarè habla, manda, actúa, rige, juzga y realiza todo lo que una persona hace cuando esta en la cúspide del dominio.
En nuestra forma de entender la teogonía y cosmogonía Yorùbá hemos aprendido que las divinidades fueron traídas a la vida por Olódùmarè y que el trabajo de fundar la tierra fue decretada por Él, todo lo que hay en el cielo y en la tierra debe su origen a Olódùmarè, por ello en su capacidad de creador es distinguido como:
lédàá “El creador o el hacedor
Olódùmarè es el origen y el dador de vida y por esa capacidad es llamado:
Ẹlẹ́mìí “El dueño del hálito de vida (el aliento de vida de los seres vivos)”
La vida de la humanidad está bajo su control, todos los seres viven y se mueven porque Olódùmarè lo permite. Olódùmarè creó la lluvia para suministrarle agua a la tierra y con ello proveerles bebida a todos los seres que habitamos en ella. Cuando la tierra fue creada, sólo el jugo de los árboles que había creado fueron utilizados como agua, sin embargo en un periodo no muy largo se requirió de más agua y fue Òrìşà-Ńlá a solicitársela, en respuesta Olódùmarè envió la lluvia. Este hecho es tremendamente conocido por los Yorùbá y por ende habitualmente escuchamos la expresión:
̣run Ọba níí máa fón eji iwóró – iwóró
Ọlọ́run es el rey que nos envió lluvia en cantidades regulares
El tiempo y las estaciones, el día y la noche fueron producto de Olódùmarè, asimismo controla las temporadas y el curso de los eventos, por esta condición es distinguido con las expresiones:
Olójó–òní “El dueño de éste día
Òní, ọmọ Ọ̣fin; òla, ọṃfin; Òtunla, ọṃfin; Irèni, ọṃfin; Orúnnìí ọṃfin
El hoy es el hijo de Ọlọ́fin, mañana es el hijo de Ọlọ́fin, pasado mañana es el hijo de Ọlọ́fin, el cuarto día es el hijo de Ọlọ́fin, el quinto día es el hijo de Ọlọ́fin
Los trabajos de Olódùmarè son fuertes y maravillosos por ello escuchamos decir:
Ịrun tóbi “Los trabajos de Ọlọ́run son fuertes
Una expresión de asombro, de maravillas, de oraciones en consecuencia de algunas manifestaciones de su grandeza como el creador de objetos y eventos es: 
Ọ̀rúnmìlà f’èyìntì, ó wò títí: ó ní, Èyin èrò òkun, èyin èrò òsà, njé èyin ò mò wí pé isé Olódùmarè tóbi?
Ọ̀rúnmìlà se recargó, miró contemplativamente y dijo: ¿tú que viajas por la laguna seguramente percibes que los trabajos de Olódùmarè son poderosos?
Para los Yorùbá, Olódùmarè es el magnánimo soberano con única e incomparable majestuosidad la cual está por encima de todas las divinidades y todos los mortales, es el rey que goza de su hogar en el cielo y por eso es denominado:
Ọba-Ọ̀run “El rey del cielo
Es único y sobrepasa a todos los demás y esto lo hace ser:
Ògá-ògo “El maestro en resplandor
Su majestuosidad resplandeciente es de tal dimensión que es equivalente con todo el cielo, el cual es descrito en ocasiones como el manto (estera) en el que se encuentra sentado con su esplendor localizado en todo lugar. El inquebrantable cielo pertenece a Olódùmarè y lo manifiesta hacia el mundo:  
Atérere-káyé, Eléní-àtéè-ká
El que esparce su ser en todo el mundo, dueño del manto que nunca se dobla
Como el gran rey tiene prerrogativas que usa sobre todo, su voluntad es absoluta, por ello es llamado:
Ọba tí dandan rè kì í sélè “El rey que su mandato siempre se cumple
Alábàálá, Ọba Èdùmàrè “El que propone quién tendrá el cetro, rey de atributos superlativos
(Èdùmàrè es la abreviación usualmente empleada de la voz Olódùmarè)
Olódùmarè es el más poderoso en el cielo y en la tierra, es capaz de realizar cualquier cosa que Él desee, hace posible que la gente tenga éxito en sus quehaceres y los proyectos se vuelven imposibles de realizar cuando Él no los permite o brinda su ayuda. Esto es a lo que nos referimos cuando decimos:
A-dùn-ún şe bí ohun tí Olódùmarè şe; a sòróó- şe bí ohun tí Ọ̣run kò lówó
Fácil de hacer como aquello que Olódùmarè hace, difícil de hacer como aquello que Ọlọ́run no es capaz
Olódùmarè es quien únicamente consigue hacer realidad lo que expresa plenamente exento de la posibilidad de fracasar, por ende es definido como:
Alè wílèse “Sólo Él puede hablar y hacer cumplir su palabra
Ọba A-sè-kan-má-kù “El rey que sus designios son conquistados a la perfección
Olódùmarè fue quien puso en movimiento la maquinaria del universo y por ende puede detener parcialmente o completamente éste designio y lograr que vuelva a trabajar, en tiempos remotos Olódùmarè llevo a cabo este hecho ya que en una ocasión las divinidades cuestionaron su supremacía, este suceso nos lo muestra el Ọmọ Odù – Ìròsùn Oşó.

Ìròsùn Oşó:
En cierta época 1700 divinidades tramaron una conspiración en contra de Olódùmarè. Las divinidades envidiaban el estatus del magnánimo y discutían acerca del control de este por encima de todo y su autoridad absoluta, por ende cuestionaban su derecho a tener ese dominio. Cierto día ….. (Ver más)

En el cuerpo literario de Ifá tenemos muchos versos que apoyan este hecho, a continuación muestro uno del Ọmọ Odù Ìrosùn Ọ̀sá.

Ìrosùn Ọ̀sá:

Olórí l’à’ f’ orí fún:
L’ó dá fún èrúnlójo Òrìşà
Nígbà tí wón ko èsin odún re òdò Olódùmarè
La cabeza debe recibir lo que merece
El deber del oráculo es decirle esto a las 1700 divinidades
Quienes deben rendirle tributo anual a Olódùmarè
Olódùmarè es supremo en un sentido absoluto, su autoridad no puede ser cuestionada por ninguna o por todas las divinidades y posee el control absoluto de todos los asuntos en la tierra y en el cielo. Los Yorùbá están totalmente consientes que las divinidades asumen poderes ejecutivos en tanto Olódùmarè lo permite. Las divinidades muy vagamente pueden cometer errores y los hombres nunca estarán ni remotamente cerca a la perfección de la sabiduría, por ello un hecho incuestionable entre los sacerdotes establece que Olódùmarè nunca comete errores, la sapiencia que las divinidades gozan es porque Él se las suministro.
̣run nìkan l’ógbón “Sólo Ọlọ́run es sabio
Olódùmarè conoce absolutamente todas las cosas y por ello los Yorùbá nombran al cielo:
Ojú-Ọ̣run “La cara (refiriéndose a los ojos) de Ọlọ́run”
Cuando caen rayos dicen:
̣run nsé jú “Ọlọ́run está cerrando un ojo
Él es llamado:
Arínúróde, Olùmò-Ọkàn “El que ve el interior y el exterior de los hombres, el discernidor del corazón
La transmisión oral nos enseña que en una ocasión Òrìşà-Ńlá planeó espiar a Olódùmarè, este al descubrir el propósito de Òrìşà-Ńlá lo hizo dormir. Este breve ejemplo nos muestra que realmente no importa cuánto una persona trate de esconder sus tácticas o sentimientos, Olódùmarè siempre los percibe:
Amòòkùn  s’olè bí ojú Ọba ayé kò rí i, ti Ọba Ọ̀run n wòó
El que robe a escondidas, aunque los ojos del que gobierne en la tierra no lo vea, los ojos del rey de los cielos lo verán
Una línea de una popular canción nos explica este mismo concepto:
Kílè nse ní bèkùlù t’ójú Ọ̣run ò tó?
¿No hay cosa oculta que usted haga que los ojos de Ọlọ́run no alcancé?
La gente usualmente cuando hallan a alguien culpable de algún delito dicen:
̣run rí i “¡Ọlọ́run lo ve!
̣run rí o “¡Ọlọ́run te ve!
Olódùmarè es quien dispone sobre todas las cosas del universo, es el supremo juez y es quien controla el destino de los seres humanos. Los sabios ancianos nos aleccionan que el juicio para todo hombre de acuerdo a sus valores moralistas principia aquí en la tierra, por lo general se entiende que las divinidades castigan por no respetar los tabúes o por cometer agravios en los ceremoniales, sin embargo Olódùmarè es ciertamente quien juzga los valores de los hombres.
En las leyendas las divinidades frecuentemente son figuradas acarreando sus vicisitudes ante Olódùmarè para que este les indique cual es el mejor camino a seguir, por ejemplo, Ọ̀rúnmìlà en una ocasión fue llevado ante Olódùmarè debido a una denuncia formalizada por las distintas divinidades, Ọ̀rúnmìlà sentado al lado de sus denunciantes explico sus razones escudándose de las acusaciones, Olódùmarè al gozar de su gran sabiduría y conocer los valores y principios morales de Ọ̀rúnmìlà escucho cortésmente las calumnias de las divinidades, al finalizar de atender las imputaciones dicto la formal inocencia de Ọ̀rúnmìlà. Como podemos apreciar en la anterior leyenda el trabajo y las acciones de cada divinidad están bajo inspección regular y hay reportes específicos que son plasmados ante Olódùmarè. Por la necesidad de Olódùmarè de gozar de un heraldo, Èşù fue asignado como el inspector general y por ende se hizo acreedor al temor de todas las divinidades.
El juicio de los valores humanitarios y agravios de los seres humanos está en manos de Olódùmarè, él lo sabe todo, todo lo conoce y todo lo ve, por ello sus juicios son imparciales:
̣run mú un “Él está debajo de las pestañas de Olódùmarè”
Olódùmarè es normalmente aclamado como:
Ọba Adákédájó “El rey que vive arriba, quien ejecuta los juicios en silencio
Esta última expresión principalmente hace referencia a los juicios de Olódùmarè sobre las acciones de los hombres en la tierra. Algo que es destacable señalar es el hecho que Olódùmarè no juzga a los que cometen acciones negativas frente a una silla de juicio visible, sin embargo irrefutablemente estas personas no escapan a sus juicios.
La inmortalidad es un atributo que es desmesuradamente destacado en la concepción Yorùbá de las divinidades, por ello los grandes sacerdotes instruyen que es importante asimilar que Olódùmarè es inmortal, que no se transfigura durante los cambios y la desintegración que son la constante del hombre. Un hecho irrebatible nos muestra que los Yorùbá al unísono de cualquier otra religión no podrían pensar en nada si Dios dejara de existir, en la cultura Yorùbá este hecho se expresa en mitos, cantos, historias y muchos otros medios, por ello Olódùmarè es llamado:
Òyígíyigì, Ọta Àìkú “La piedra fuerte e inmovible que nunca muere
Este nombre tiene un fuerte concepto de 3 sugerencias:
  • Su grandeza
  • Su perseverancia
  • Su inmortalidad
La descripción física de Òyígíyigì, Ọta Àìkú es la de una gran montaña de peñascos muy duros que no puede ser movida o cruzada por ningún ser concebible. La posibilidad de mover o atravesar tal montaña está más allá de cualquier concepción.
Una canción popular nos expresa:
Ferekúfe, a kìí gbó’kú Olódùmarè – ‘Ferekúfe
Uno jamás escucha la muerte de Olódùmarè
Permítanme exponer tres Ọmọ Odù que apoyan este hecho:
Ogbè Yè:

Kòròfo, awo Àjà-Ilẹ̀
L’ó d’ ífá fún Olódùmarè
T’ ó so wí pé won Ò nì  í gbó ikú rè láéláé
Kòròfo, el culto debajo de la tierra (subterráneo)
Es quien interpreto el oráculo acerca de Olódùmarè
y declaro que su muerte nunca sería escuchada

El culto debajo de la tierra o subterráneo fue una especie de escuela de adivinación, como podemos apreciar en el Ọmọ Odù Ogbè Yè no está claro por qué fue hecha la adivinación acerca de Olódùmarè, sin embargo considero que la interrogante surgió para descubrir la duración de vida del magnífico soberano. Kòròfo quería intimar este hecho y una forma inequívoca de lograrlo fue preguntar esta incertidumbre al oráculo sagrado de Ifá. El culto (Ifá) es remarcado como un método de confianza en el sostén de la doctrina de la perpetuidad de Olódùmarè.
Ogbè Yè:

Olódùmarè sà ’ yè, é è kú mó:
Gbogbo ori n fun puru-pùrù-puru
Olódùmarè ha tallado su cabeza con polvo de metal y madera (Iyè-iròsùn), Él nunca morirá: toda su cabeza se tornó canosa

En la leyenda conexa con el anterior verso Olódùmarè es personificado buscando la guía del oráculo sagrado de Ifá y anhelando la inmortalidad, Ifá señaló que lo que Olódùmarè pretendía era indiscutiblemente posible pero para ello debía otorgar un sacrificio y realizar un ceremonial inmensamente secreto. Es preciso mencionar que la etapa más trascendental para Olódùmarè del ceremonial fue frotar su cabeza con el polvo de madera y metal, al hacerlo su cabeza se tornó extremadamente blanca y vertiginosamente se transformo en indestructible.
Debemos comprender que los Yorùbá exponen todo esto a manera metafórica, el pelo blanco es la gloria de la vejez que reclama respeto, por ende Olódùmarè como el perpetuo más anciano, es descrito usando la marca y gloria de la vejez (pelo blanco).
La tradición referida con el anterior verso también señala que Olódùmarè indagó acerca del significado de la eternidad, se le indicó que entregara un animal para inmolarlo y que se colocara una pieza bastante amplia de tela blanca. Inmediatamente después que el sacrificio fue perpetrado, la tela blanca se situó encima de Olódùmarè de tal forma que resultó totalmente cubierto. A partir de ese momento se torno inmortal e invisible, por ello los seres humanos únicamente lo pueden escuchar y es apreciado con extrema reverencia y honor. Podemos teorizar de la anterior fábula que gracias al sacrificio y la tela blanca los ojos ocasionalmente injustos de la muerte jamás podrán localizar a Olódùmarè.

Ọ̀kànràn Ọ̀sá:

Òdómodé kìí gbó’kú aso:
Yeyeye l’aso gbó:
Àgbàlagbà kìí gbó’kú aso:
Yeyeye l’aso gbó:
Òdómodé kìí gbó’kú Olódùmarè:
Yeyeye l’aso gbó:
Àgbàlagbà kìí gbó’kú Olódùmarè:
Yeyeye l’aso gbó.
El joven nunca escucha que la tela está muerta:
La tela solo se vuelve vieja hasta que se deshilacha.
El viejo nunca escucha que la tela está muerta:
La tela sólo se vuelve vieja hasta que se deshilacha.
El joven nunca escucha que Olódùmarè está muerto.
La tela sólo se vuelve vieja hasta que se deshilacha.
El viejo nunca escucha que Olódùmarè está muerto.
      La tela sólo se vuelve vieja hasta que se deshilacha.

Debido a que Olódùmarè añade el atributo de invisibilidad es conocido por los Yorùbá como:

Ọba Àìrí “El rey invisible
Ọba Àwámárídìí “El rey que no puede ser localizado si se le busca

Los hechos más trascendentales de las anteriores fábulas es que podemos afirmar sin ninguna vacilación la inmortalidad e invisibilidad de Olódùmarè.
Indudablemente en las 2 últimas leyendas algunos puntos son confusos, consecuentemente estoy plenamente seguro que estas historias traen consigo 3 interrogantes significativas acerca de la religión:


  • ¿Olódùmarè se convirtió en inmortal e invisible o siempre lo ha sido?
  • ¿A quién le ofrecieron la inmolación?
  • ¿Quién consumó la ceremonia para Olódùmarè?


Para encontrar las respuestas a estas interrogantes debemos precisar que las leyendas de la cultura Yorùbá en ocasiones no tienen por propósito asumir explicaciones lógicas, el principal objetivo de las fábulas es que Olódùmarè es invisible e inmortal, los Yorùbá saben y aceptan esto como un hecho incuestionable.
Debemos recordar que las leyendas enaltecen las tendencias teológicas y filosóficas de los Yorùbá y que los propósitos primordiales de las historias es contestar a las preguntas de esos que van a buscar los oráculos sagrados.
Por ejemplo, si un individuo acude con un sacerdote preguntando acerca de su longevidad, el oficiante toma sus instrumentos de adivinación y los maneja hasta que obtiene un verso apropiado, conectado a éste verso invariablemente hay una leyenda que nos habla de un personaje, usualmente una divinidad e inclusive el mismo Olódùmarè como lo hemos observado en los anteriores ejemplos, quien en alguna ocasión quiso saber algo similar al consultante y tuvo éxito gracias a la ceremonia consumada. El sacerdote instruye al consultante para hacer exactamente lo que fue hecho por él protagonista de la historia, basándonos por supuesto en el hecho de la longevidad del consultante. Redundantemente es un hecho irrefutable que Olódùmarè posee longevidad permanente y por ello el interesado querrá hacer lo que el oráculo expresa para obtener un período de vida mas amplio en su destino.
Creo que este es un espacio apropiado en el texto para analizar la pregunta de la eternidad de Olódùmarè, quizás en la teología Yorùbá este es un concepto que no es expresado claramente, por ello sólo puedo interpretar lo que conozco gracias a la transmisión oral. Está claro que Olódùmarè ha estado antes de cualquier cosa tangible o intangible, antes que cualquier objeto o ser vivo fuera creado ya que Él los elaboro o decretó que fueran hechos, también está claro que nadie conoce su nacimiento. Una leyenda que da un ejemplo de este hecho nos narra que una persona cuyo nombre era Tèlà–Ìrókò concibió el inútil intento de indagar el antecedente de Olódùmarè y por esta insolente razón fue marcado como hereje y mentiroso para todas las generaciones. La historia de Tèlà–Ìrókò la podemos apreciar en el Ọmọ Odù Ọ̀yẹ̀kú L’ogbè:

Ọ̀yẹ̀kú Logbè

E ò mo Ìyá,
K’éyin o má tùn súré puró mó:
E ò mo Bàbá,
K’éyin o má tùn súré s’ èké mó;
E ò mo Ìyá, e ò mo Bàbá Olódùmarè.
Èyí l’ó d’ífá fún Tèlà–Ìrókò
T’ó so wí pé òun n rèé kí Olódùmarè,
Ọba a–t’éní–tán f’orí gb’eji
Tú no conoces a la madre,
detén tu impetuosa forma de mentir
Tú no conoces al padre,
detén tu impetuosa forma de mentir
Tú no conoces a la madre, tú no conoces al padre de Olódùmarè
Éste es el veredicto del oráculo para Télá-Ìrókó
Quien se propuso conocer el origen de Olódùmarè
El rey que extendió su manto y expuso su calor a la lluvia.

Los hechos que podemos recopilar de nuestras fuentes acerca de la santidad de Olódùmarè, son sólo por inferencia, Olódùmarè es enormemente trascendente, tanto que el hecho de su magnificencia ha recibido poco énfasis, excepto en el sentido que está todo el tiempo en control del curso de la naturaleza y disponible para los hombres cuando sea y en la zona que sea, sin embargo la idea de “lo sagrado” en un sentido activo es poco empleado en la concepción Yorùbá. Basándonos en el hecho de la naturaleza de Olódùmarè, cabe mencionar que Él creó a algunas divinidades tales como Jàkúta (Şàngó) la divinidad del trueno y Şọ̀pọ̀nná la divinidad de las epidemias, estas 2 divinidades son excelsamente destacadas como agentes de la ira, sin embargo los Yorùbá cuando analizan a Olódùmarè enfatizan su benevolencia y bondad más que la severidad de su carácter.
No hay duda que los Yorùbá conciben a Olódùmarè éticamente sagrado, absolutamente puro y definitivamente jamás se habla de Él como si hubiese estado involucrado en algún incidente inmoral, por este atributo de honradez y moralidad es conocido con los nombres de:
Ọba Mímọ́ “El rey puro”
Ọba tí kò lérè “El rey que no tiene imperfecciones”
Aláàlà–funfun òkè “El que está vestido en ropas blancas y que vive arriba”
Ààlà–tí–kò–lónà, ikin–nifin “Blancura sin diseños (absolutamente blanco), esencialmente objeto blanco”

Hasta el momento hemos analizado a Olódùmarè con las características de:


  • El creador
  • El magnánimo soberano
  • El excelso
  • El que expresa sabiduría, conocimiento y todo lo consigue ver
  • El juez
  • El imperecedero
  • El ser mas sacro en la mente humana


Sin embargo debo puntualizar que también es quien decide el destino final de las personas. Olódùmarè tiene todas estas funciones, pero para comprender claramente cuál es la concepción de los Yorùbá acerca de Olódùmarè debemos tomar en cuenta su estatus o jerarquía y para ello expondré un ejemplo.
Como patrón a seguir tomare un sistema de gobierno de la tierra, particularmente un gobierno monárquico.
En un régimen regido por una monarquía el rey está a la cabeza y el cargo de gobierno es proporcionado a un grupo de oficiales, los ciudadanos están concientes que tienen un rey y cada uno de ellos se conforman con la sección particular del gobierno que responde a sus necesidades inmediatas. Los ciudadanos no se molestan en preocuparse, excepto cuando lo requieren, acerca de la cabeza suprema del reino. El dirigente de algún sector comúnmente se proclama así mismo como todo poderoso, hay jefes de las disímiles jurisdicciones que tienen gran autoridad y en ocasiones se les permite tomar y ejecutar acciones sobre otras aldeas, todo esto provoca que los pobladores piensen frecuentemente de la siguiente forma:
v  Les tienen miedo y especulan que los jefes son los que tienen el poder de lo bueno y de lo malo.
v  Se sienten con la obligación de pensar que el jefe de alguno de los departamentos gubernamentales es todo poderoso, y qué él como un ciudadano ordinario es sólo un hombre bajo la autoridad de alguien más, etc.
Para cualquier gobierno, mientras los hechos del pueblo o ciudad mantengan su curso de forma correcta para la satisfacción de cualquier inquietud, al poblador no parece importarle qué parte del rey esté operando en el reino, sin embargo, sería totalmente erróneo que pensáramos que el ciudadano no sabe que posee un rey, realmente es la conciencia del hecho que goza de un rey la que le da alivio y confianza a la ciudadanía, por lo tanto irrefutablemente el rey para el poblador debe ser un símbolo de orden, de buena voluntad y de coherencia nacional.
Supongo que con esta explicación podemos entender mejor la actitud de los Yorùbá hacia Olódùmarè, es suficientemente redundante indicar que los Yorùbá están convencidos que el mundo y todo en él debe su existencia a Olódùmarè, creen firmemente que Olódùmarè dividió la administración teocrática del mundo entre las divinidades que Él creó y los asignó en diferentes jurisdicciones, por las funciones de éstas divinidades y la autoridad que se les otorgo todas ellas son extremadamente poderosas y en ocasiones no tiene límite su dominio, sin embargo toda su autoridad está limitada y sujeta al mando absoluto del creador. La parte predominante que ellos juegan en la vida diaria de los Yorùbá da la impresión que han reemplazado a Olódùmarè, por ejemplo, es frecuentemente asimilado por los Yorùbá que Òrìşà-Ńlá es capaz de moldear hombres de cualquier forma y color, este dogma fue creado en las esferas donde ésta divinidad posee gran poder en su administración del mundo, sin tener que hacer referencia a Olódùmarè en cada ocasión que se habla del gran escultor de los seres humanos.
A pesar de todos éstos convenios teocráticos, los Yorùbá están plenamente consientes que la cabeza de todo y el que controla todo es Olódùmarè, y no hay un solo momento en que el gran soberano esté lejos de ellos o fuera de sus pensamientos. Puede parecernos que los Yorùbá viven en absoluta devoción hacia las divinidades pero bajo todo esto reside el discernimiento que Olódùmarè está por encima de todo y controla todo.
En la teología Yorùbá, Olódùmarè ha sido invariablemente situado por encima de todo, en la siguiente estrofa se le canta diciendo que su autoridad es acertada en todo sobre la tierra:

Ilẹ̀ n jà òun Ọ̣run:
̣run l’ óun l’àgbà
Ilẹ̀ l’ óun l’ègbón;
N’torí eku emó kan,
Òjò kò kò rò mó
Isu p’eyin kò ta,
Àgbàdo ta’ pè kò gbó,
Gbogbo eye kú tán l’óko;
Igún ngb’ébo r’Ọ̀run.
La tierra está en contienda con Ọlọ́run
Ọlọ́run dice ser mayor
La tierra dice ser más vieja
Debido a una rata café
La lluvia se detiene no cae más
El ñame sale de la tierra pero no crece
La mazorca se llena de granos de elote pero no madura
Todos los pájaros en el bosque están muriendo
El buitre lleva cargando un sacrificio para el cielo.

Esta canción surge a partir de la siguiente leyenda:
Olódùmarè y la Tierra en una ocasión salieron a cazar pero para su mala fortuna únicamente pudieron atrapar una rata. En el trayecto de regreso a casa surgió el inconveniente que cada uno tenía que tomar un camino diferente, por esta razón debían decidir qué hacer con una sola rata. Olódùmarè señaló que era de Él por el hecho de ser mayor, sin embargo la Tierra protestó alegando ser más vieja y por ende a ella le pertenecía la rata. Olódùmarè conservando su buen carácter característico permitió  que la Tierra se quedara con la rata, posteriormente se despidió de la Tierra y regresó al cielo con el propósito de mostrarle a la Tierra que estaba totalmente equivocada. Al llegar al cielo, inmediatamente extinguió todos sus designios con la intención que todos los beneficios que la Tierra solía recibir ya no los podría obtener más, por ello no hubo más lluvia, las semillas no germinaron y todos los seres vivos estaban sucumbiendo. Al ver esto la Tierra, se preocupó enormemente y fue a que el oráculo sagrado de Ifá le brindara su sabio consejo, en  el transcurso de la adivinación el oráculo le indicó que debía enviar la rata anteriormente cazada con sus mas humildes disculpas a Olódùmarè, y que la única manera de lograr eso era realizar un sacrificio con la rata. La tierra realizo el sacrificio pero no hallaba a nadie que lo llevara hasta donde se encontraba Olódùmarè, finalmente el buitre se ofreció. Olódùmarè al momento de recibir el sacrificio le proporcionó una calabaza al buitre indicándole que la aplastara en la puerta de la entrada de la Tierra. El buitre que era enormemente curioso tan pronto como abandono el palacio de Olódùmarè aplastó la calabaza e inmediatamente empezó a llover una gran tormenta sobre la Tierra, consecuentemente todas las criaturas que habitaban en ella se refugiaron. El buitre al arribar en la tierra no pudo encontrar refugio ya que al tocarles la puerta a todas las criaturas ninguna le permitió entrar pues se encontraba terriblemente mojado, por todo esto el buitre no tuvo mas remedio que permanecer en la lluvia (debido a este diluvio el buitre tiene la cabeza calva y una apariencia completamente desaliñada).
El punto principal de ésta fábula es enfatizar la supremacía de Olódùmarè, los Odù repetidamente lo describen como la cabeza o el jefe a quien todos los asuntos son llevados para ser juzgados, las divinidades acuden con Él para que sea el juez acerca de sus querellas, en las leyendas tenemos una imagen de Olódùmarè como al que las quejas y peticiones finales son llevadas. A continuación muestro un verso del Odù Èjìogbè que nos enseña este aspecto:

Àfíntí níí p’erú,
Èpè níí p’olè
Ilẹ̀ dídà níí p’òré
Alájobí níí pà’ yekan
Retener las historias es lo que mata al esclavo
La maldición mata al ladrón
Romper un convenio mata al amigo
Son los consanguíneos los que matan a los parientes maternos

Ó dá fún òkàn-lé-n’ rinwó Irúnmọ̣
Ni ’jó tí wón njà ’re òdò Olódùmarè.
Esta es la respuesta del oráculo para las 401 divinidades
el día que fueron con Olódùmarè por motivo de un pleito

Olódùmarè es quien dispone sobre cualquier proyecto no importando la índole de este, la aceptación de cualquier adoración, la bendición de todo suceso y el crédito por el éxito de cualquier sacerdote le pertenecen a Olódùmarè:  

Wón yin Babaláwo, Babaláwo yin’fá, Ifá yin Olódùmarè
La gente alaba al Babaláwo, el Babaláwo da sus alabanzas a Ifá, e Ifá alaba a Olódùmarè

En tierras Yorùbá después de cada evento de veneración frente a cada una de las distintas divinidades, el sacerdote o el fervoroso concluyen diciendo:

Kí Olódùmarè gbà á o,
Olódùmarè á rán rere sí i o
Que sea aceptado por Olódùmarè (Olódùmarè lo aceptará),
Que Olódùmarè mande bendiciones sobre esto

Como conclusión, todo es en vano a menos que tengamos la aprobación de Olódùmarè, este es un hecho que todo sacerdote está al tanto y que todo adorador conoce. La razón más trascendental por la que Èşù, el inspector general de Olódùmarè, es tan temido por las divinidades y por los seres humanos radica principalmente en que Èşù es quien inspecciona los detalles de cada acto de adoración, hace los reportes a Olódùmarè, y ningún acto concluye satisfactoriamente hasta que Olódùmarè ha dado su aprobación:

Àşẹ d’owó Olódùmarè, Àşẹ d’owó Bàbá
La aprobación esta en las manos de Olódùmarè, la aprobación está en las manos del padre

Es por esto que al final de cada bendición cuando la gente responde Àşẹ, tiene en mente la frase completa:

Àşẹ o, Olódùmarè
Dale tu aprobación Olódùmarè
(Así sea, Olódùmarè)

Por todo esto Olódùmarè es conocido como:

Alábàálá, Ọba Èdùmàrè
El que dispone con el cetro, el rey de atributos superlativos

Olódùmarè es la fuente de cualquier beneficio, es el autor de todas las cosas buenas que los hombres puedan poseer (hijos, riqueza, salud, posesiones, buena calidad de vida, buen carácter, la paciencia, etc). Los Yorùbá conservan la fuerte creencia que tanto los hombres como las divinidades toman todas esas cosas positivas de la providencia inextinguible de Olódùmarè. Podemos hallar incontables leyendas que ilustran lo antes dicho, por ejemplo la que muestro a continuación:
Cuando la Tierra se había establecido, un personaje llamado Àgànrara bajó del mundo celestial a visitarla, desdichadamente no quedó satisfecho con las condiciones de vida de sus habitantes, había pobreza, sufrimiento y en general todos los seres vivos carecían de felicidad. A su regresó al cielo le expuso a Olódùmarè todo esto pidiéndole que hiciera algo para mejorar las condiciones de existencia de todos los seres en la tierra. En respuesta a su súplica, Olódùmarè le proporcionó Igbá Ìwà (La calabaza del bienestar y la sabiduría) y le dijo que distribuyera de acuerdo a las necesidades de cada mortal los objetos que Igbá Ìwà poseía. De esta forma, Àgànrara se convirtió en ministro de Olódùmarè, pues distribuyo todas las cosas para el bien de los seres humanos. Esta historia esta basada en el siguiente verso del Odù Ọ̀wọ́nrínméjì:

Ọ̀wọ́nrínméjì

‘Njé owó tí a ní ni ’ò tó ni?
Àgànrara, ìwo l’ awo ilé Olódùmarè?
Njé m ti a ní ni ’ò tó ni?
Àgànrara, iwo I’ awo ilé Olódùmarè?
¿Es el dinero que tenemos lo que no es suficiente?
Àgànrara tú eres el ministro de la casa de Olódùmarè
¿Son los hijos que tenemos lo que no es suficiente?
Àgànrara tú eres el ministro de la casa de Olódùmarè

Olódùmarè es el autor y el que dispone el destino de la humanidad, los Yorùbá entienden que cada suceso es como Olódùmarè lo ordena, cuando hacen alguna promesa o cierto convenio para el futuro, es usual para ellos imponer la condición:

Ẹlẹ́mìí kò bá gbà á
El dueño de la vida no la quita
(Este pensamiento se refiere básicamente a que gracias al dueño de nuestro aliento aun continuamos vivos)     

En cierto tiempo una persona llamada Alágemotérékangè arribo al mundo con la intención de asentarse y poder trabajar, pero desventuradamente se enfrentó a la persecución y a la oposición, por ello imploró a sus persecutores diciendo:

E jé njí ti Olódùmarè rán mi
Permítanme realizar la misión que Olódùmarè me encomendó

Esta petición nos muestra nuevamente que Olódùmarè es el que ordena la misión que cada individuo debe consumar en la tierra.
Es indiscutible que la teología de Olódùmarè enfatiza el estatus único de este, es supremo sobre toda la tierra y el cielo, apreciado por todas las divinidades como la cabeza a quien le corresponde toda la autoridad y a quien se le debe lealtad incondicional, su estatus de supremacía es absoluto, las cosas ocurren únicamente cuando son aprobadas por Él y en la veneración los Yorùbá lo tienen como lo primero y lo ultimo en su vida diaria, a continuación mostrare el resumen de los diferentes nombres y expresiones que caracterizan a Olódùmarè, estos nombres y expresiones los podemos apreciar a lo largo del presente capitulo:
·         Ààlà–tí–kò–lónà, ikin–nifin “Blancura sin diseños (absolutamente blanco), esencialmente objeto blanco
·         Aláàlà–funfun òkè “El que está vestido en ropas blancas y que vive arriba
·         Alábàálá, Ọba Èdùmàrè “El que propone quién tendrá el cetro, rey de atributos superlativos (El que dispone con el cetro, rey de atributos superlativos)
·         Alè wílèse “Sólo Él puede hablar y hacer cumplir sus palabras
·         Arínúróde, Olùmò-Ọkàn “El que ve el interior y el exterior de los hombres, el discernidor del corazón
·         Atérere-káyé, Eléní-àtéè-ká “El que esparce su ser en todo el mundo, dueño del manto que nunca se dobla
·         lédàá “El creador o el hacedor
·         Ẹlẹ́mìí “El dueño del hálito de vida (el aliento de vida de los seres vivos)
·         Ọba Adákédájó “El rey que vive arriba, quien ejecuta los juicios en silencio
·         Ọba Àìrí “El rey invisible
·         Ọba A-sè-kan-má-kù “El rey que sus designios son conquistados a la perfección
·         Ọba Àwámárídìí “El rey que no puede ser localizado si se le busca
·         Ọba Mímọ́ “El rey puro
·         Ọba tí dandan rè kì í sélè “El rey que su mandato siempre se cumple
·         Ọba tí kò lérè “El rey que no tiene imperfecciones
·         Ọba-Ọ̀run “El rey del cielo
·         Ògá-ògo “El maestro en resplandor
·         Ojú-Ọ̣run “La cara (refiriéndose a los ojos) de Ọlọ́run”

Olódùmarè
Dios todopoderoso

̣fin–Ayé “El líder supremo sobre la tierra”
̣fin-Ọ̀run “El líder supremo en el cielo”
Olójó–òní “El dueño de éste día”
̣run “El dueño del cielo”
̣run nìkan l’ógbón “Sólo el dueño del cielo es sabio”
̣run nsé jú “Ọlọ́run está cerrando un ojo”
Òyígíyigì, Ọta Àìkú “La roca fuerte e inmovible que nunca muere”

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
“Olodumare”
“Olódùmarè God in Yorùbá Belief” “E. Bolaji Ìdòwú”
Colaboración de Eduardo Duarte Awo Oshe Di

1 comentario:

  1. Whatever we do and the eathly kings do not witness, surely does the Heavenly ruler....


    ResponderEliminar